URUGUAY – San Carlos se vistió de gala para celebrar el Día Internacional de la Danza con una variada programación que atrajo a multitudes ávidas de disfrutar de este arte milenario. Con entradas agotadas, el evento ofreció una diversidad de estilos que incluyeron desde la danza árabe hasta el candombe, pasando por el flamenco y el folclore.
El Día Internacional de la Danza, instaurado en 1982 por la UNESCO, conmemora el nacimiento de Jean-Georges Noverre en 1727, un bailarín y coreógrafo que dejó un legado trascendental en el mundo del ballet. Considerado el creador del ballet moderno, Noverre revolucionó la danza con sus innovadoras coreografías y sus publicaciones que abordaban tanto la práctica como la teoría de esta disciplina artística.
La celebración en San Carlos no solo fue un tributo a la danza en todas sus manifestaciones, sino también una oportunidad para acercar este arte a un público más amplio. Con una programación diversa y atractiva, el evento logró captar la atención de personas de todas las edades y gustos, consolidándose como una cita imprescindible en el calendario cultural de Uruguay.
Además de las presentaciones en escena, se llevaron a cabo actividades complementarias como talleres de danza, conferencias sobre la historia de esta expresión artística y exhibiciones de vestuario y accesorios relacionados con el mundo de la danza. Todo ello contribuyó a enriquecer la experiencia de los asistentes y a fomentar un mayor entendimiento y aprecio por la danza en sus múltiples formas.
El éxito rotundo de esta celebración refleja no solo el arraigo de la danza en la cultura uruguaya, sino también el interés creciente de la sociedad por participar y disfrutar de eventos culturales de calidad. A medida que la danza continúa siendo un vehículo para la expresión artística y la conexión humana, es fundamental seguir apoyando iniciativas como esta que promueven su valor y su relevancia en la sociedad contemporánea.
La celebración del Día Internacional de la Danza en San Carlos fue un rotundo éxito, reuniendo a una audiencia diversa y entusiasta que disfrutó de una programación variada y enriquecedora. Este evento no solo honró la memoria de Jean-Georges Noverre, sino que también consolidó la importancia de la danza como una forma de arte que trasciende fronteras y enriquece nuestras vidas.
