16 abril, 2024
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Laguna Garzón piden una salida al mar

URUGUAY – La Laguna Garzón, un tesoro natural ubicado entre los departamentos de Maldonado y Rocha, enfrenta una crisis sin precedentes. Invadida por una proliferación descontrolada de plantas acuáticas, esta emblemática laguna ha perdido su esplendor y se ha convertido en un desafío para quienes dependen de ella para sus actividades cotidianas.

La Comisión Asesora Específica del área protegida Laguna Garzón, en conjunto con representantes de productores, pobladores y entusiastas de los deportes acuáticos, ha elevado una solicitud urgente a las intendencias de Maldonado y Rocha, así como al Ministerio de Ambiente. Su petición es clara: la apertura al mar de la laguna, como medida para erradicar las plantas que la asfixian y restaurar la vitalidad de este ecosistema único.

La propuesta presentada contempla una apertura artificial de la barra con una cota de 1,90 metros en la laguna, con la posibilidad de considerar excepciones si se alcanzan los 1,40 metros, bajo ciertas condiciones. Actualmente, la laguna registra una cota de 1,50 metros, pero el nivel de agua sigue disminuyendo, agravando aún más la situación.

La historia reciente de la Laguna Garzón revela un preocupante declive en la frecuencia de aperturas de la barra. Desde julio de 2022, no se ha realizado ninguna apertura, y el número de aperturas ha disminuido drásticamente en los últimos años. Mientras que entre 2016 y 2019 la laguna estuvo abierta en promedio 96 días al año, desde 2020 esta cifra se ha reducido a tan solo 38 días anuales. El año 2023 fue especialmente desafiante, ya que debido a una sequía extrema, la laguna no pudo abrirse en ninguna ocasión, salvo un breve período a finales de año cuando el nivel del agua experimentó una leve mejoría.

La situación actual de la Laguna Garzón representa no solo una amenaza para el ecosistema local, sino también para las actividades económicas y recreativas de la zona. La pesca, el turismo y los deportes acuáticos se ven severamente afectados por la proliferación de plantas acuáticas, lo que pone en riesgo el sustento de numerosas familias y la atracción de turistas a la región.

La apertura al mar de la Laguna Garzón no solo es una medida urgente para restaurar el equilibrio de este ecosistema, sino también un acto de preservación de la identidad y la riqueza natural de Uruguay. Es imperativo que las autoridades actúen con prontitud y determinación para abordar esta problemática antes de que sea demasiado tarde.